martes, 15 de octubre de 2013

CONEJO COMÚN
(Oryctolagus cuniculus)
Longitud total: 34-35 cm.
Cola: 4-8 cm
Peso: 1-2,5 Kg.
Orejas: 6-8 cm.

El conejo de campo tiene un pelaje espeso y lanudo, con coloración variable del pardo al gris, con tonos amarillentos en partes occipitales y en los pies y el vientre blancuzco. Su cabeza es redonda y sus ojos grandes y negros, muy laterizados. Se caracteriza sobre todo por sus largas orejas, muy grandes y estrechas, de hasta 7 cm, más cortas que las de la liebre común y con una banda negra. Su cola es una característica borla, completamente blanca por debajo, que se distingue fácilmente cuando el conejo huye. Las extremidades posteriores están más desarrolladas que las anteriores y no presenta dimorfismo sexual. Una manera fácil de distinguir al conejo de la liebre, aparte de su menor tamaño, es plegando las orejas hacia delante: en el caso del conejo no sobrepasan el borde del hocico.
Cráneo: Resulta muy característico y fácil de reconocer. Su constitución responde a la de los mamíferos fitófagos.

Fórmula dentaria: I 2-2/1-1 C 0-0/0-0 PM 3-3/2-2 M. 3-3/2-2

Dientes de crecimiento continuo: Junto con los roedores, los lagomorfos tienen dientes de crecimiento continuo. Si no se desgastaran por el continuo uso, los incisivos de los lagomorfos crecerían hasta 10 cm anualmente. Tienen una segunda fila de incisivos inferiores que no tienen los roedores.

Orejas: Su oído es finísimo. Los pabellones auriculares del conejo actúan como auténticas pantallas de radar, pues su movilidad les hace dirigirse hacia la fuente de todos los sonidos del entorno.

Carrera: El conejo, que pasa la mayor parte de su vida en territorios de relativa poca extensión, como las guaridas subterráneas, no precisa desarrollar una gran resistencia en la carrera aunque, por supuesto, es un gran velocista. Se desplaza a pequeños saltos. En caso de alerta, se levanta sobre sus patas traseras (consigue una visión de 360°), con las orejas erguidas, preparado para la huida.

Huellas y señales de su presencia:

Planta de las patas: Tienen falsas almohadillas, que son en realidad pelos duros. En territorios duros solo dejan marcadas las uñas.
Excrementos: Generalmente se encuentran acumulados en varias docenas y junto a escarbaduras.

Seccionan tallos: Cortan limpiamente los brotes y tallos, dejando una sección oblicua.

Señales en los árboles: La acanaladura de los incisivos de los lagomorfos queda dibujada en las cortezas de los árboles como cuatro ralladuras verticales.

Restos de pelo: Mechones de pelo, a veces ensangrentados, pueden encontrarse en los campos tras el apareamiento y los consiguientes combates entre machos.

Huras: Huras, entradas de víveres, y escarbaduras, resultan perfectamente reconocibles.

HÁBITAT

Vive en praderas secas, linderos de bosques, parques, etc. En montañas llega a vivir hasta los 1.500 m de altura, aunque es más bien una especie típica del monte y matorral mediterráneo, sobre todo el encinar y el coscojar. Es muy adaptable, aunque evita los grandes bosques. Requiere un suelo donde pueda excavar. Está distribuido por toda la Península Ibérica y las Baleares.

El conejo es de costumbres casi siempre crepuscular; sin embargo, los días calurosos es frecuente encontrarle desde el mediodía o incluso durante toda la
mañana. Vive en colonias que suelen construir laberínticas galerías subterráneas, llamadas conejeras.

Importancia ecológica: Los científicos han puesto en relieve la gran importancia del conejo dentro del bioma mediterráneo. Puede decirse que es la pieza clave y el eslabón de enlace en las cadenas alimentarías como el principal aprovechador de la energía de todos los rincones, por degradados que estén y que la canaliza perfectamente hasta predadores que son la mayoría de los carnívoros de nuestras latitudes (lobo, lince, zorro, gato montes, jineta, comadreja, hurón, jabalí)

La importancia ecológica del conejo ha quedado palpable mente demostrada al sobrevenir a la trágica mixomatosis que, no sólo ha ocasionado la rarefacción de la especie, sino un gran empobrecimiento de las poblaciones de grandes rapaces y mamíferos depredadores.

El esquema ecológico se refiere a la microcomunidad de los mamíferos en el bosque mediterráneo. En realidad, sobre el conejo gravita la predepresión de multitud de aves y algunos reptiles, lo que acrecienta su importancia ecológica.

Territorios: Los conejos viven agrupados en colonias compuestas por varios clanes que defienden su territorio frene a cualquier agresión y, sobre todo, delimitan las fronteras para impedir la entrada a congéneres de otros territorios vecinos.

Organización de cada clan de conejos; las fronteras son fijadas olfativamente: Los conejos utilizan la secreción de unas glándulas que tiene en el mentón para impregnar las fronteras de su territorio. Esta frecuente actividad se conoce entre los científicos con el nombre de mentoneo.

La identificación de los componentes de un vivar y la demarcación territorial, se realiza mediante el olor. La orina cumple una misión homogenizadora, pues con ella se rocían machos y hembras y son constantes las depositaciones de este liquido en los confines territoriales.
El vivar: El vivar es una compleja red de galerías con varias vías de acceso, donde se refugia un grupo de conejos.

En muchas ocasiones, el vivar se extiende en varios niveles y puede llegar a enormes complicaciones con galerías superpuestas.

ALIMENTACIÓN

Es fundamentalmente vegetariano, (gramíneas salvajes, crucíferas, cereales cultivados, cultivos vegetales y otras hiervas); en general se alimente de toda clase de plantas, preferentemente sus yemas, hojas, cortezas, frutos y bayas silvestres.

Tiene tendencia también al omnivorismo, pues puede alimentarse de excrementos, animales muertos e insectos como dieta suplementaria.

REPRODUCCIÓN

Para la reproducción construyen una cámara especial de 150 cm. De longitud, excavada a una profundidad de 50 cm.

En la naturaleza, el periodo de acoplamiento se extiende desde marzo a septiembre, durando la gestación unos treinta días. La madre amamanta a los conejitos durante unas tres semanas, tras las cuales estos abandonan el nido o conejera a las cuatro semanas. La madurez sexual la alcanzan a la edad de tres o cuatro meses. El numero de partos puede verse aumentado si la colonia de conejos de una determinada zona es lo suficientemente densa.

Paradas nupciales: La poligamia es un fenómeno frecuente en los lagomorfos. Un mayor índice de machos que de hembras suele provocar enfrentamientos entre los que buscan pareja. En ocasiones son virulentos, con manifestaciones de cruzada, como intentos de castración. Una vez elegida la hembra, se produce una exhibición de la zona anal caminando con los cuartos traseros muy levantados.
-Exhibición del envés blanco de la cola.

-Lametazos en la oreja.

-Lametazos en el morro: lametones y caricias en el morro y las orejas, son componentes de la compleja ceremonia nupcial.

-El macho en ocasiones, rocía a su compañera con orina proyectándola incluso desde gran distancia y con considerable puntería.

Combate de pugilistas: Para dirimir quien es el mas fuerte, no dudan en enfrentarse en combates de aspecto pugilístico. Los machos en celo se atacan a manotazos, se muerden e incluso se llegan a castrar.

Carrera de persecución: El macho persigue a la hembra para incitarla ala copula.

Copula: Copulan montando el macho a la hembra por detrás. En esta posición pueden permanecer durante largo tiempo.

Cuadro cronológico del ciclo de la reproducción:

-Longevidad: 5/9 años
-Gazapos: 4/12
-Partos /año 3/6
Huras y camas:

Galerías: La mayoría de los gazapos nacen en el interior de cortas galerías excavadas por sus madres fuera de los limites del vivar.

Respiraderos: Las conejas solo visitan la gazapera una vez al día, por la noche, y luego tapan cuidadosamente la entrada con tierra, procurando dejar un orificio para que entre el aire.

Forro: El forro esta compuesto, en gran parte, por el pelo que las conejas se arrancan de su propio cuerpo.

Huras: Las hembras viejas, y por tanto dominantes, se reservan las cámaras de cría en el vivar.

Gazapos: Las conejas alumbran a sus crías en el interior de someras gazaperas que obturan con tierra cada vez que se ausentan. Tan pronto como los gazapos cumplen veinte días y no precisan el microclima de la gazapera, su madre los conduce al vivar comunal.

Una de las características más importantes del conejo, es la de su extraordinaria fecundidad y capacidad para reproducirse.

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