viernes, 4 de octubre de 2013


                                       EL VAQUERO

 en busca de nuevos horizontes, montados a caballo, arreando manadas de ovejas, vacas y novillos, acompañando familias, soldados, frailes, autoridades civiles e indios amigos.

Aquí lograron aplicar los conocimientos traídos del Viejo Mundo y adoptaron y crearon nuevas formas de vida. Desarrollaron una gran capacidad de adaptación a distintas condiciones climáticas, a la vida a la intemperie. El trabajo del vaquero sigue siendo el mismo: pastorear y vigilar los rebaños, observar el comportamiento de los animales, detectar sus enfermedades y curarlos; además de conocer los mejores pastos y las malas hierbas, oler el viento y el agua, prevenir y cuidar el robo y el ataque de depredadores.


Los vaqueros se convirtieron en uno de los símbolos culturales más emblemáticos del estado y son herederos de tradiciones aún vigentes. El vaquero desarrolló una extraordinaria reciedumbre, la habilidad para sortear y conocer las inclemencias del tiempo, la fortaleza para vivir prácticamente arriba del caballo y una gran pericia en el manejo de ganado salvaje.
Estos personajes también son artífices de una tradición culinaria, sobre todo relacionada con el proceso de conservación de alimentos, que se originó ante la necesidad de consumirlos durante sus prolongadas estadías en el campo, sin que entraran en descomposición. En este sentido, la carne seca, la carne salada y las galletas de harina sin levadura, son algunas sus grandes aportaciones culturales.

1 comentario:

  1. Hola Adrian esta muy interesante tu entrada pero se vería más bonita si le pones color a las letras

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