EXPLOTACIÓN MINERA
Lázaro Cárdenas, Michoacán.- Con una inversión de casi 20 millones de dólares, en 15 hectáreas labora -procedente de Tianjin, China- Desarrollo Minero Unificado, para en un futuro tener 50 hectáreas, sólo para concentrar y separar el mineral que exportan hacia su país.
Asentada aquí desde hace dos años, esta compañía explota once concesiones entre los estados de Guerrero, Michoacán y Colima, por lo que requiere barcos de hasta 90 mil toneladas para encorto plazo incrementar a seis el número de embarcaciones al mes.
"Necesitamos 100 mil toneladas al mes, pero cuando terminemos las tres etapas de extracción podemos llegar hasta 400 mil toneladas mensuales", informó Chen Yumin, consejero económico y comercial de la embajada de China en México.
Las empresas originarias de Nimbo, China, Zhong Ning México y Mining Investment coinvirtieron 15 millones de dólares sólo en proyectos de exploración minera en la misma zona.
Este es sólo un ejemplo de los tantos negocios mineros que se gestan en la zona delBalsas entre los límites de Guerrero con Michoacán. Contratos que no especifican ningún compromiso social con la región de donde extraen el mineral, recurso natural no renovable.
Revisando el panorama minero, se plantean varias zonas de minería en Michoacán, actualmente el territorio concesionado de la superficie es del casi 13 por ciento de todo el territorio michoacano y está en manos de empresas mineras.
Entre los proyectos principales que tiene el Estado está el de Lázaro Cárdenas, Aquila, Huetamo, La Huacana y Angangueo, sin embargo, hay muchos más que no están activos por ahora, reveló Rurik Hernández. "Encontré una manifestación de impacto ambiental, donde hay una mina trabajando que le dieron el permiso en el 2010. Semarnat, Profepa y Conabio otorgaron un permiso a una empresa minera para trabajar en una reserva de la mariposa Monarca, diciendo que sí se puede trabajar, porque van a respetar el medio ambiente".
Similar situación sucede con las exploraciones y explotaciones del mineral de hierro en Lázaro Cárdenas, donde los habitantes recienten ya las consecuencias de la actividad minera sin control.
Sirenio Torres Valdovinos, habitante de la colonia Las Truchas, recordó el más reciente derrumbe, hace 15 días. "Hasta que no haya un muertito van a hacer caso en este asunto. Tanto que se le ha dicho a un gobierno y a otro".
Un habitante del lugar desde hace 20 años, asegura: "Nunca se había puesto tan feo hasta que removieron haciendo zanjas en el cerro El Platanito, sacaron material, desde hace dos años empezaron a removerlo y se puso feo".
Dijo: "No es nuevo el problema, no lo desconocen, lo que sí está conocido y reconocido, dijeron que se iba a pagar como fuera ocupando la empresa por manzana, y hasta la fecha no se ha cumplido y ya llegaron hasta nuestras casas".
Aclaró: "No es que seamos grilleros, somos ciudadanos que estamos peleando nuestros derechos, defendiendo nuestro patrimonio, nunca habían removido el cerro y nos afectaron tanto, nosotros compramos donde vivimos, no somos paracaidistas, somos gente de bien".
Subrayó: "No queremos reubicación de nada, ¿Por qué nos vamos a reubicar si no es un desastre natural, los provocaron ellos (ArcelorMittal). Yo lo recalco y lo digo, estamos afectados por la empresa. No es fenómeno natural, si viene un río, pues ahí sí". Reiteró: "Cómo vamos aceptar la reubicación, cómo crees, si yo aquí vivo a gusto, mi casa yo mero la hice".
Sin embargo, las consecuencias de la explotación minera se reflejan en varias formas. Como en la colonia El Cerrito, donde varias casas registran grietas en paredes por donde se filtra el agua procedente del cerro La Cruz.
Una de las tantas casas dañadas la mostró Esther Chávez Juárez, quien vive en la calle Manguito, donde han tenido que hacer canaletas para que salga el agua que cruza la recámara, pasando por la cocina hasta conducir su salida por la entrada principal. Fenómeno que con las lluvias se intensifica.
DESLAVES
En la calle Gardenias, de la colonia La Huerta, las casas lucen con bardas de hasta un metro en la puerta principal porque desde el año pasado, a causa de la explotación minera que se hace en el cerro La Esperanza, cada temporada de lluvias la avalancha de tierra corre y entierra hasta un metro las casas.
El fraccionamiento La Esperanza, creado por la profesora Teresa López, está sin poblar porque es inhabitable, por la misma razón que está condenada a desaparecer la colonia La Huerta debido al deslizamiento del cerro que entra por la esquina que hacen las calles Violeta y Paraíso, deslaves que afectan 850 casas e igual número de familias que integran el asentamiento.
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