ESTRELLAS
Y SUS CARACTERÍSTICAS
Una estrella es
un gran cuerpo celeste compuesto de gases calientes que emiten radiación electromagnética,
en especial luz, como resultado de las reacciones nucleares que tienen lugar en
su interior. El Sol es una estrella. Con la única excepción del Sol, las estrellas parecen
estar fijas, manteniendo la misma forma en los cielos año tras año. En
realidad, las estrellas están en rápido movimiento, pero a distancias tan
grandes que sus cambios relativos de posición se perciben sólo a través de los
siglos
-
Todas las
estrellas tienen unas características comunes bien concretas. Son cuerpos
gaseosos, esféricos, con un núcleo de elevada densidad y temperatura que genera
una radiación en todas las longitudes de onda del espectro electromagnético.
Las estrellas se diferencian entre sí por la temperatura/densidad y por el
tamaño, estando en función de estos parámetros la luminosidad absoluta, es
decir, la cantidad de luz que irradian, prescindiendo de la distancia. Por
ejemplo, aunque el Sol es una estrella amarilla más caliente que Betelgeuse, de
color rojo, al ser ésta una estrella supe gigante su energía total es
claramente superior y, por tanto, es más luminosa aunque sea más fría.
Un aspecto
significativo es el que hace referencia a la vida de una estrella. Está se
desarrolla en función de la cantidad de “combustible nuclear” que contenga.
Durante la mayor parte de su vida, en su núcleo el hidrógeno se transforma en
helio, dando lugar a una emisión de energía que percibimos en forma de
radiación. Dependiendo de la composición y de la masa inicial -cuanto más
elevada es su masa, más rápidamente envejecerá. Si la masa inicial es baja, la
vida será lenta-, unas estrellas realizan el proceso de combustión mucho más
rápido que otras, lo que constituye la causa por la que, mientras unas estrellas
tienen temperaturas muy elevadas, otras las tienen menores.
Es evidente que
tendrán una vida más corta las estrellas cuya combustión sea más intensa. Así,
las estrellas que presentan temperaturas más elevadas y que son más luminosas
son todas ellas relativamente jóvenes, ya que no pueden mantener por mucho
tiempo el ritmo de emisión energética. Por el contrario, las estrellas rojas de
pequeño tamaño –enanas rojas- son, en su mayor parte, unas estrellas viejísimas
que han tenido una vida muy regular y apacible. El Sol se halla en un estadio
intermedio. Es una estrella mediana, más bien pequeña, con unos cinco mil
millones de años de vida, cuyas reacciones termonucleares convierten su masa en
energía a un ritmo de 4,5 millones de toneladas por segundo.
La situación de
una estrella dentro del periodo evolutivo se aprecia fácilmente con sólo
estudiar su coloración. Por la noche, basta con fijarse atentamente en las
estrellas brillantes y compararlas entre sí para advertir inmediatamente que
son de distintos colores. Se aprecian algunas blancas-azuladas, otras
amarillentas y otras anaranjadas o ligeramente rojizas.
El color de cada
estrella está en función de su temperatura superficial. Según ello, cualquier
persona puede conocer someramente la temperatura de la superficie de una
estrella con sólo mirar al cielo, teniendo en cuenta la siguiente escala:
En realidad estos colores son aparentes porque no hay
estrellas propiamente blancas. Su gama cromática real sigue el orden del
espectro: rojo, anaranjado, amarillo, verde y azul.
El color de las estrellas dio lugar a una división en
función de los tipos espectrales (color estelar según su temperatura estelar),
desde las más calientes y azules hasta las más frías y rojas. A las principales
categorías espectrales se les asignó una serie de letras: O, B, A, F, G, K y M.
El sol pertenece al tipo G al igual que Alfa Centauri; Sirius al tipo A y Rigel
al B. Las estrellas del tipo O, las más calientes, son bastante raras. Del tipo
M destaca la gigante Antares. Cada tipo espectral está a su vez, dividido en 10
subtipos, del 0 al 9. Asimismo según su estudio espectral se pueden clasificar
en W, R, N y S. Las del tipo W son más calientes que las del O, y las de los R,
N y S son más frías que las del M.
En la clasificación espectral de las estrellas, el tipo se acompaña a la
derecha por la subdivisión relativa a la luminosidad expresada en números
romanos. El I indica estrellas supergigantes (Betelgeuse); el II, gigantes
luminosas (Albireo); el III, gigantes (Aldebarán); el IV, subgigantes (Altair);
y el V, enanas (Sol, Alfa Centauri).
Asimismo según su composición química se puede llegar
a deducir su edad. Las más viejas están compuestas fundamentalmente por
hidrógeno y helio, elementos constituyentes en la formación de las galaxias en
su estadio más primitivo. En cambio, las jóvenes han nacido o nacen en una
época en la que ya son abundantes los elementos más pesados. A las estrellas
jóvenes se las denomina población I y a las viejas población II.
Partiendo de este hecho se ha podido observar como en las galaxias de tipo
espiral, por ejemplo, la zona central está compuesta por estrellas de población
II, en tanto que las zonas externas (brazos) lo están por estrellasde población I.
Para que los estudiantes y nosotros comprendamos mejor las características de las estrellas
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