Para qué sirve la alcachofa:
propiedades, uso, dieta y beneficios
Las alcachofas pertenecen a la familia de las
compuestas, del género Cynaras. Existen más de 20.000 especies, aunque
son pocas las que se cultivan. Requieren un clima cálido y un terreno calcáreo.
Se trata de una planta de temporada que puede llegar a alcanzar una altura de 1
m. o incluso 1.5 m.
La alcachofa ha sido de siempre un alimento muy
apreciado. Se sabe que los griegos y los romanos ya la consumían. Durante la Edad
Media se introdujo en Inglaterra de la mano del rey Enrique VII, cruzando
posteriormente el Canal y convirtiendo a Catalina de Médici en una de sus más
fervientes consumidoras. Por aquellos tiempos se creía que la alcachofa era
afrodisiaca y que no era bueno consumirla en demasía. La alcachofa era
consideraba, debido a su alto precio, una comida de ricos.
Conservación y elección de las alcachofas
Cuando se trata de comprar alcachofas conviene
seleccionar las más voluminosas y, en cualquier caso, las de más peso en
relación con su tamaño. Deben tener las yemas gruesas, bien formadas, compactas
y de un color verde claro. Para comprobar la frescura de la alcachofa hay que
acercarla al oído y apretarla. Si cruje indicará que está fresca.
Durante el invierno las hojas externas adquieran,
debido al frío, un tono blanquecino que más tarde pasa a marrón parduzco. En
este caso su aspecto no nos debe hacer dudar de sus cualidades culinarias o de
su frescura.
Las alcachofas deben consumirse lo antes posible.
De no ser así deben guardarse en lugares frescos. En una bolsa de plástico
cerrada y en la nevera pueden aguantar durante una semana. Si se conservan con
el tallo y se introducen en un recipiente con agua su duración se prolonga
considerablemente. También se pueden congelar.
Beneficios y propiedades de la alcachofa
La alcachofa tan solo contiene de 40 a 50
calorias, razón por la que se emplea a menudo en dietas de adelgazamiento.
Además nos proporciona vitaminas A, B6, calcio, fósforo, magnesio, potasio,
sodio, hierro, hidratos de carbono, así como proteínas y glúcidos que se
transforman en azúcar, o lo que es lo mismo, en energía.
Entre las propiedades más destacables de la
alcachofa está la protección que ofrece al hígado, así como la recuperación en
caso de enfermedades hepáticas, como la cirrosis o la hepatitis. También
favorece la función biliar, y sus ácidos reducen el nivel de colesterol en la
sangre. Igualmente disminuye la presión arterial y previene la aparición de la
arterosclerosis.
La alcachofa reduce el nivel de azúcar en la
sangre, propiedad que la convierte en un alimento que ayuda a combatir la
diabetes. La alcachofa posee cualidades diuréticas, ayudando a la eliminación
de líquidos del cuerpo, razón por la que resulta interesante en los casos de obesidad
y para cualquier tipo de afección donde convenga la eliminación de agua y, por
consiguiente, de toxinas, en especial en lo que se refiere al ácido úrico. La
alcachofa, pues, está indicada en dolencias como la gota, la artritis o
enfermedades hepáticas y circulatorias.
Algunos estudios efectuados recientemente parecen
indicar la influencia que tienen los ácidos cafeico, pantoteico y los
flavonoides de la alcachofa para prevenir y mejorar en algunos tipos de
procesos cancerosos.
Es importante conocer los beneficios de la alcachofa y sus propiedades
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